A manera de prólogo del artículo que publico más
abajo, expongo tres párrafos del artículo de Jorge E. Pereira “¿Empleos o empresas pulgas?”
donde comenta el último libro del gurú inglés Charles Handy: “El
Elefante y la Pulga“.
“Charles Handy, un Irlandés considerado como uno de los pensadores
europeos más influyentes del mundo de la administración, en un reciente libro
con el título “El Elefante y la Pulga” sintetiza, en forma amena, una realidad
del tamaño de una catedral gótica y que es un “secreto a voces”. Las pulgas,
para este autor son “agentes independientes, algunos con pequeñas empresas
propias, otros trabajando solos o en alguna forma de asociación, contrapuestos
a los Elefantes, grandes corporaciones que han sido los pilares de la sociedad
de los empleados del siglo XX”.
“La nueva cultura
empresarial – señala el autor – propiciada por los avances tecnológicos de
comunicación y la extrema velocidad del cambio, hace necesario
aprovechar el talento individual y la capacidad de accionar y re-accionar con
suma velocidad para lograr ventajas competitivas o, en el peor de los casos,
para no perderlas. Es en este escenario donde los pequeños actores están más
capacitados para aportar nuevas soluciones, más allá de las propuestas
cotidianas previsibles de los elefantes. “
“Es un hecho comprobado que los Elefantes (privados y
públicos), en su afán de reducir costos y con el apoyo de
los desarrollos tecnológicos, han ido disminuyendo cantidades enormes de
personal contratado como empleados. Para no ponerlo tan feo se inventaron
términos altisonantes (buzz words), tales como “reingeniería” y “downsizing”.
Estos términos eran mejor recibidos que “despedidos masivos” o “reducción de
puestos de trabajo“. En la
burocracia estatal estos despidos han tomado el gracioso nombre de “reforma del
Estado”.
Los elefantes
y las pulgas
Por Ignacio Gómez Escobar
Hace algunas semanas, recibí de un colega, una copia
de este artículo de Carlos Puig, referido al libro de Charles Handy “El
elefante y la pulga”, Handy es quizá el gurú mas respetado de la gerencia
británica. Hago referencia a el porque refleja de una manera clara lo que ya
esta pasando en el mundo Empresarial en otras latitudes y que de alguna manera
ya lo estamos sintiendo en la nuestra y que lo seguiremos sintiendo cada vez
con mas fuerza.
“¡El salario ha muerto! ¡Vivan los honorarios!”
analiza en esta obra el paradigma de la nueva estructuración del trabajo, donde
la dependencia y la fidelidad dejan de ser el objeto de la recompensa monetaria
del trabajo y son sustituidos por la independencia y la aportación de valor
añadido.
Puig nos dice: Handy, con una dilatada experiencia en
“Elefantes” (grandes Corporaciones), describe con brillantez y un estilo muy
cercano, personal y autobiográfico el cambio organizativo y existencial
que están propiciando fenómenos como el outsourcing, la
hiperespecialización, las nuevas tecnologías o la búsqueda del talento, por
encima de conceptos tradicionales como la estabilidad, la lealtad o las grandes
estructuras monolíticas”.
Y continua Puig diciendo: “Las pulgas, dice Handy, son
agentes independientes, algunos con pequeñas empresas
propias, otros trabajando solos o en alguna forma de asociación contrapuestos a
los “Elefantes”, las grandes corporaciones
que han sido los pilares de la sociedad de los empleados del siglo XX.”
“La nueva cultura
empresarial propiciada por los avances de las tecnologías de punta y la extrema
velocidad del cambio, hace necesario aprovechar el talento individual y la
capacidad de accionar y re-accionar con suma velocidad para lograr ventajas
competitivas o, en el peor de los casos, para no perderlas. Es, en este
escenario, donde las malditas pulgas pueden “navegar”
con la ligereza de una lancha Zodiac y no la pesadez de un trasatlántico, donde
los pequeños actores están más capacitados para aportar nuevas soluciones, más
allá de las propuestas cotidianas previsibles de los elefantes. En las “pulgas”
se encuentra, en enormes dosis, la Pasión.
Este concepto es -sostiene Handy- mucho más potente
que el arquetípico vocablo “Misión” tan profusamente empleado para tratar de
describir -casi siempre sin precisión- el fin último de una gran Corporación.
“Las personas apasionadas, -escribe Handy- mueven montañas allí donde los
misioneros sólo consiguen predicar”.
Otro de los conceptos interesantes que encontramos en
el libro respecto de las pulgas es el de su equiparación a los alquimistas. La
Alquimia como parábola del trabajo
reactivo nos remite a una búsqueda no estructurada de algo realmente grande
partiendo de la más absoluta de las nadas, y eso además, utilizando métodos no
ortodoxos. Un proceso de creación y enriquecimiento continuos que desafía los
cánones usuales y plantea nuevas formas de hacer las cosas, aprende de los
errores y del camino recorrido más que del logro del fin último del trabajo.
Este tipo de comportamiento
coincide con la cita que Handy recoge del gran autor teatral Bernard Shaw:
“Todo cambio procede de hombres poco razonables, porque los razonables esperan
que el mundo continúe más o menos como está”. Ser pulga supone para Handy la
oportunidad de decidir sobre uno mismo: cuánto quiero trabajar, cuánto tiempo quiero
dedicar a mi formación, a mi familia
a mis hobbies…
Este artículo fue extraído de: Grandes Pymes