viernes, 5 de abril de 2019

Las Organizaciones: Definiciones

A una organización se la puede definir como un grupo humano deliberadamente constituido en torno a tareas comunes y persiguiendo fines específicos. A través del tiempo, las distintas corrientes doctrinarias dentro de la disciplina administrativa han elaborado diferentes definiciones respecto de las organizaciones, por lo que su presentación permite conocer los particulares matices brindados por cada una de ellas.

Un precursor del análisis organizacional y conocido por sus estudios sobre burocracia y autoridad, Max Weber (1947), distingue en primer lugar el “grupo corporativo” de otras formas de organización social, estableciendo que este grupo corporativo contiene relaciones sociales que, o bien son cerradas, o bien limitan por medio de reglas la admisión de personas ajenas a dicho grupo. De esta manera pone de manifiesto la vinculación interactuante no aleatoria de las personas dentro de las organizaciones, estableciendo que los límites que la propia organización establece, determinan la aceptación de unos grupos de la población y la exclusión de otros.

Esa estructura de interacciones que no aparece por generación espontánea, sino que es construida deliberadamente por la organización, surge del propio ordenamiento organizativo que está reforzado por la acción de individuos específicos cuyas funciones son las de dirección, supervisión y un esquema de división del trabajo deliberadamente establecidos. El orden interno se consolida con la designación de personas específicas para desempeñar las tareas correspondientes.

Weber agrega que en las organizaciones la interacción es “asociativa” y no “comunitaria”, lo que le confiere una identidad diferente respecto de otras unidades sociales con las que comparte algunas características, tales como las familias. También acota que las organizaciones desarrollan en forma continua, actividades con fines de un propio especificado, por lo que trascienden la vida de los integrantes.

En cambio, para Chester Barnard (1927) una organización es un sistema concientemente coordinado de actividades o fuerzas de dos o más personas. Barnard y sus seguidores han coincidido en muchas de las apreciaciones de Weber, pero enfatizando una diferenciación en lo que hace a la puntualización del desarrollo, por parte de los integrantes de la organización, de actividades logradas por medio de la coordinación conciente, deliberada y con propósito. Las organizaciones requieren de personas que tengan predisposición a contribuir, un propósito común entre ellos y un sistema de comunicaciones que brinden los medios para lograr la coordinación. Barnard pone el acento en las personas, ya que son ellas las que llevan a cabo las actividades de las organizaciones, las que tienen que estar comunicadas, las que deben ser motivadas, las qu van a tomar decisiones. Es claro aquí el diferente enfoque entre Weber, que enfatiza el sistema, y Barnard que centra su atención en los integrantes de ese sistema.

Otra ya clásica definición dad por Talcott Parsons (y citada por el autor estructuralista Amitai Etzioni, 1975) define a las organizaciones como unidades sociales (o agrupaciones humanas) deliberadamente construidas o reconstruidas para alcanzar fines específicos. Etzioni incorpora dentro de la categoría de organización a las empresas, ejércitos, escuelas, hospitales, iglesias y cárceles; excluye de tal categoría a las tribus, clases, grupos étnicos, grupos de amigos y familiares. Según este mismo autor las organizaciones se caracterizan por: 

1. División del trabajo, poder y de las responsabilidades de la comunicación, conceptos que no son obra de la casualidad ni obedecen a un esquema tradicional, sino que han sido deliberadamente planeados para favorecer la realización de fines específicos.

2. La presencia de uno o más centros de poder que controlan los esfuerzos concertados de la organización y los dirigen hacia sus fines; estos centros de poder, además, revisan continuamente la actuación de la organización y remodelan su estructura, donde es necesario, para aumentar su eficiencia.

3. Sustitución de personal; vale decir: que las personas que no satisfacen pueden ser removidas y sus tareas asignadas a otras. La organización puede también combinar a su personal mediante su traslado y/o promoción.
 

Si bien estas características, que remarcan el carácter sociológico y artificial de las organizaciones pueden encontrarse en otras agrupaciones humanas, en ninguna de ellas se dan en la misma intensidad, ya que si bien ciertas unidades sociales elaboran y utilizan la planeación conciente (como un presupuesto familiar), presentan centros de poder (jefaturas tribales) y pueden sustituir algunos de sus integrantes (por medio del divorcio), la extensión en que estas otras unidades sociales son concientemente planeadas, deliberadamente estructuradas y reestructuradas, y sus miembros son reemplazados rutinariamente, es mucho menor que en el caso de lo que se denomina organización. Es por esto que las organizaciones cuidan del control de su naturaleza y devenir mucho más que cualquier otro grupo social.

En tanto para March y Simon (1977) las organizaciones son un conjunto de personas que actúan unidas y son los conjuntos más grandes en nuestra sociedad que poseen lo que más se parece a un sistema coordinador central. Si bien los autores entran en un terreno de analogía biológica hoy superado por la doctrina, destacan que la detallada especificación de la estructura y la coordinación dentro de las organizaciones, en contraste con las relaciones difusas y variables entre las organizaciones y entre individuos no organizados, señalan a la organización concreta como una unidad sociológica comparable en su significado al organismo individual en biología.

Por su lado, el premio Nobel Herbert Simon en su libro El Comportamiento Administrativo (1979) expresa que el vocablo organización se refiere al complejo diseño de comunicaciones y demás relaciones existentes dentro de un grupo de seres humanos. Este diseño le otorga a cada miembro del grupo una gran parte de la información, de los supuestos, objetivos y actitudes que entran en sus decisiones, y también una serie de expectativas fijas y comprensibles de lo que los demás miembros del grupo están haciendo y de cómo reaccionarán ante lo que él diga y haga. Cabe destacar que este autor coloca un marcado acento sobre los aspectos comunicativos como medio para la toma de decisiones, manteniendo el concepto de grupo humano dentro de un esquema de relación formal.

Para el especialista argentino Aldo Schlemenson (1988) la organización configura un grupo humano complejo (que actúa dentro de un contexto témporo-espacial concreto), artificial y deliberadamente constituido para la realización de fines y necesidades específicas. La organización está enmarcada por políticas, que engloban fines, y que son la expresión abstracta de conductas organizativas deseadas.

El particular enfoque de este especialista en análisis organizacional (metodología de abordaje de situaciones organizacionales desde una perspectiva que incluye el nivel motivacional profundo de las conductas personales comprometidas), establece que la interacción de los integrantes de una organización y la integración mínima que le da la unidad, continuidad y trascendencia, se manifiestan en dos planos interdependientes. Por un lado, esa integración está acotada y regulada por procesos interpersonales, mecanismos de identificación (con los superiores, con los iguales), necesidades, motivaciones y ansiedades inconcientes que en el ámbito organizacional encuentran posibilidad de expresión y expectativas de realización. Por otro lado, la cohesión opera a través de un sistema sancionado, explícito e implícito, de roles interrelacionados que conforman una estructura susceptible de ser definida en términos de tareas y expectativas fijadas para los ocupantes de dichos roles. Vale decir, que para Schlemenson el eje medular de la estructura está constituido por el sistema de autoridad que regula los roles y sus interrelaciones, por medio de un sistema sancionado al que todos los miembros consienten acatar dentro de los límites de la organización.

Bajo esta óptica, cuando se analiza un determinado proceso organizacional y dentro de él las expresiones de conflictos interpersonales, resulta necesario identificar los motivos inconcientes en que se sustentan y su particular forma de expresión, además de descubrir los factores organizacionales que viabilizan la emergencia del conflicto o que lo retroalimentan.

Dentro de la misma corriente doctrinaria, Etkin y Schvarstein (1992) establecen los componentes básicos de una determinada capacidad que tienen las organizaciones (y que ellos denominan autoorganización) y que serían los siguientes:



1. Producirse por sí solo, dado que el sistema social selecciona internamente y realiza las actividades que él necesita para seguir operando, incluyendo la elección de sus objetivos.

2. Mantener los rasgos de identidad frente a perturbaciones del medio circundante.

3. Capacidad de operar en condiciones diferentes de las de origen, sin perder la continuidad ni cohesión entre las partes.

4. Autonomía, en el sentido que el sistema dispone como elementos constitutivos a sus propias unidades de gobierno.

5. Presencia de procesos internos de control, mediante los cuales se regulan las operaciones del sistema y se delimitan las fronteras de la organización.

6. Capacidad del sistema para realizar su propia renovación estructural cuando se producen situaciones de crisis y catástrofes.


Para estos autores, las organizaciones creadas por actos intencionales, y la lógica y racionalidad están presentes en las acciones individuales, las que dentro del marco de un sistema particular, son congruentes con las pautas de interacción instaladas en ese sistema y con sus rasgos de identidad. Vale decir, excluyen totalmente la idea de una naturaleza espontánea de los procesos organizacionales.

En tanto, para el prolífico y fundamental autor Peter Drucker (1993) una organización es un grupo humano, compuesto de especialistas que trabajan juntos en una tarea común. Así, la diferencia de los conceptos sociales tradicionales (sociedad, familia comunidad) una organización está diseñada a propósito y no se basa en la naturaleza psicológica del hombre ni en su necesidad biológica. Está pensada para que dure, tal vez no eternamente, pero sí por un período prolongado.

Para este autor una organización es siempre especializada: se define por su contenido. En tanto sociedad y comunidad, por el contrario, se definen por un lazo que mantiene unidos a seres humanos, ya sea por la lengua, la cultura, la historia o la geografía. Una organización sólo es eficaz si se concentra en una única labor: una orquesta no trata de curar enfermos, toca música, y el hospital cuida enfermos, pero no trata de tocar una obra de Beethoven. La escuela se concentra en enseñar y aprender, las empresas en producir y vender productos y servicios; los tribunales en impartir justicia; los militares en hacer la guerra. La sociedad, la comunidad, la familia, son; las organizaciones, hacen.

Las personas se incorporan y retiran (normalmente) en forma voluntaria de las organizaciones. Por lo que, a diferencia de la sociedad, la comunidad y familia, las organizaciones están compitiendo para lograr un recurso que les resulta esencial: personas inteligentes, calificadas y con capacidad de entrega y trabajo. Por lo tanto, las organizaciones deben tratar de vender la pertenencia a ellas, sea como empleado, voluntario o comulgante, de una forma tan completa como venden sus productos y servicios (y tal vez más). Tienen que atraer a las personas, retenerlas, mostrarles reconocimientos y recompensarlas, incentivarlas, servirlas y satisfacerlas.


Material consultado:
Organizaciones, Procedimientos y Estructuras - Volpentesta, Jorge Roberto - Ediciones Osmar D. Buyatti - 2000

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