De acuerdo a lo que leemos en Diseño de Organizaciones Eficientes de Henry Mintzberg, los cinco mecanismos coordinadores parecen explicar la manera fundamental en que las organizaciones coordinan su trabajo.
1. Ajuste mutuo
Este
mecanismo consigue la coordinación del trabajo mediante la simple
comunicación informal. El control del trabajo corre por cuenta de los
que lo realizan.
La
adaptación se utiliza en grupos muy pequeños (dos personas en una
canoa), en la etapa embrionaria de la organización (una estructura
formada por tres o cuatro personas) y en organizaciones muy sofisticadas
en donde los distintos miembros aportan conocimientos muy
especializados (equipo de trabajo interdisciplinario).
2. Supervisión Directa
A
medida que la organización supera su estado más elemental, el uso de la
adaptación se complica cada vez más por el excesivo tiempo que demanda
lograr decisiones por consenso en un grupo de gran tamaño.
En
estos casos se recurre naturalmente a otro mecanismo de coordinación:
la autoridad formal. La autoridad consigue la coordinación al hacer
responsable a una persona del trabajo de los demás, dándole
instrucciones y controlando su tarea, es decir, un cerebro único que
controla numerosas manos.
Siguiendo
el ejemplo de la canoa, quince personas no pueden coordinarse mediante
el ajuste mutuo, necesitan un líder o jefe que mediante instrucciones
coordine el labor de todos.
3. Estandarización de los Procesos
Se normalizan los procesos de trabajo cuando el contenido del mismo queda especificado, es decir, programado.
La
estandarización del proceso de trabajo significa la especialización; es
decir, la programación del contenido del trabajo directamente, los
procedimientos a seguir, como en el caso de las instrucciones de montaje
que acompañan a muchos de los juguetes para niños. Por tradición, el
trabajo de muchos analistas consiste en programar el trabajo de las
diferentes personas para coordinarlo de manera rigurosa.
4. Estandarización de los Resultados
La estandarización de los resultados significa la especificación no de lo que se quiere hacer (y como), sino de sus resultados.
Así se normalizan
los resultados al especificarse los mismos, como puede darse a través
de la fijación de un estándar de diseño o de rendimiento.
De
este modo, por ejemplo, a un operario se le ordena fabricar una silla; o
a un gerente de división se le pide que incremente las ventas un 10%. Estos estándares, también, emanan de analistas.
5. Estandarización de las Habilidades
En
algunas organizaciones resulta imposible normalizar tanto las tareas
como los resultados, necesitándose otro tipo de coordinación. La
solución consiste en normalizar los conocimientos del trabajador en el
momento de su contratación.
Las
habilidades o conocimientos se normalizan cuando queda especificado el
tipo de preparación requerida para la realización del trabajo.
Por
ejemplo, un Hospital no contrata estudiantes sino médicos recibidos. Al
encontrarse en el quirófano el anestesista y el cirujano para una
operación de apendicitis, apenas necesitan comunicarse puesto que,
gracias a la preparación de ambos, cada uno sabe exactamente lo que
puede esperar de la labor del otro. Sus conocimientos normalizados se
encargan de la coordinación.
Estos
mecanismos de coordinación pueden considerarse como los elementos
básicos de una organización, ya que mantiene la cohesión de su
estructura. Por otra parte, en una organización medianamente
desarrollada se encontrarán todos los mecanismos descriptos, ya que no
puede depender de uno sólo de ellos; aunque en cierta etapa de su vida,
al menos, las organizaciones adoptan un mecanismo principal en
detrimento de los otros.
Bibliografía:
Henry Mintzberg, Diseño de Organizaciones Eficientes, Editorial El Ateneo, Buenos Aires, 1992.
Luis del Prado, Dirección Estratégica, Fundación OSDE, Buenos Aires, 1998.
Enric Brull Alabart y María de los Ángeles Gil Estallo, artículo “Mintzberg: la estructuración de las organizaciones”, 2005.
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